¿Cómo puedes aislar tus ventanas del frío?
Durante los meses fríos, las ventanas se transforman en uno de los principales puntos de fuga de calor en las viviendas. Ya sea por filtraciones, vidrios delgados o marcos poco herméticos, una gran parte de la calefacción que se utiliza se pierde por esta vía.
Contar con un espacio bien protegido contra el frío también contribuye a preservar el estado de muebles, muros y sistemas eléctricos, por lo que es recomendable mantener una mirada preventiva.
La normativa chilena, a través de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcción (OGUC), establece que las ventanas deben tener un aislamiento térmico que se mide con una cifra llamada “valor U”, un número se refiere a la transmitancia térmica y varía según la zona del país donde vivas.
Por ejemplo, en regiones del centro y sur, es posible tener ventanas más grandes, siempre que el promedio de aislamiento térmico de toda la casa cumpla con ciertos límites. Es por esto que se recomienda usar ventanas con doble vidrio o termopanel que tengan un valor U inferior a 2,4 W/m²K, porque ayudan a mantener mejor el calor dentro del hogar y cumplen con la normativa.
Además, complementando la prevención, existen propietarios que deciden contratar un Seguro Hogar que brinde cobertura ante siniestros.
Soluciones prácticas para aislar las ventanas sin obras mayores
Uno de los métodos más simples para evitar la entrada de aire frío es utilizar burletes o sellos autoadhesivos en los bordes de las ventanas. Estos productos, que se instalan fácilmente sin herramientas especializadas, permiten reducir las filtraciones de aire por las ranuras entre el marco y la hoja de la ventana.
Otra alternativa de bajo costo es el uso de cortinas térmicas fabricadas con materiales aislantes que reducen el traspaso de temperatura y permiten mantener el calor dentro del hogar. Para mejorar su eficacia, se aconseja instalarlas lo más cerca posible del marco, que lleguen hasta el suelo y que la tela sea gruesa para generar una mayor barrera térmica.
También se puede aplicar film plástico termo aislante sobre el vidrio. Este material transparente se adhiere a la ventana con calor y crea una cámara de aire que actúa como aislante. Si bien su durabilidad es limitada, puede ser una solución útil durante los meses más fríos del año.
En algunos casos, las persianas interiores o paneles de madera también son útiles para el aislamiento térmico, especialmente si se cierran completamente durante la noche. Estas barreras adicionales impiden el contacto directo entre el aire frío del exterior y las superficies interiores, reduciendo así la pérdida de temperatura.
¿Cómo saber si tus ventanas están perdiendo calor?
Antes de invertir en soluciones para aislar las ventanas, es importante identificar si realmente se está produciendo una pérdida significativa de calor en tu hogar. Por lo que debes saber que existen señales que te ayudarán a diagnosticar esta situación y tomar decisiones informadas.
Una de las más evidentes es la sensación de corriente de aire en los bordes de la ventana, particularmente en los días de viento o sin calefacción. También podría notarse una diferencia de temperatura al acercarse al vidrio o una acumulación de humedad y condensación en los marcos.
Otro método práctico es realizar una inspección nocturna con una vela o un encendedor. Si la llama se mueve al acercarla a los bordes de la ventana, probablemente hay filtraciones de aire que están generando pérdida térmica.
Adicionalmente, también se transforma en un síntoma de fuga de aire cuando las cortinas se mueven ligeramente al estar las ventanas cerradas. En los casos que existen dudas más complejas, se recomienda recurrir a especialistas en aislamiento para que puedan realizar una inspección sobre la eficiencia térmica de los materiales y así proponer mejoras puntuales que eleven el confort.
Aislamiento estructural: Una inversión en eficiencia energética
Para quienes buscan una solución a largo plazo, cambiar el tipo de ventana puede marcar una gran diferencia en el aislamiento del hogar. Las ventanas de termopanel —compuestas por dos o más vidrios separados por una cámara de aire o gas inerte— son mucho más eficientes que los vidrios simples.
Otra opción es optar por marcos de ventanas fabricados con materiales menos conductores, como PVC o madera tratada, en lugar de aluminio sin ruptura de puente térmico. Este tipo de marcos evita la condensación y mejora notablemente el aislamiento general.
También es clave revisar el sellado perimetral, ya que pequeñas rendijas pueden generar grandes fugas de aire caliente. Esto porque un mal cierre, aunque visualmente no evidente, podría disminuir la eficiencia de cualquier sistema de climatización.
Importancia de prevenir daños estructurales en invierno
El frío no solo afecta el bienestar de las personas: también puede deteriorar elementos clave de la vivienda. Cuando una casa no está bien aislada, la humedad generada por condensación puede acumularse en los marcos de ventanas, muros y techumbres, provocando hongos, deformaciones o incluso filtraciones más complejas.
Este tipo de problemas no siempre son visibles de inmediato, pero pueden afectar el valor de la propiedad o derivar en gastos mayores de reparación. Por eso, además de mejorar el aislamiento, se recomienda monitorear las zonas más expuestas al clima y actuar preventivamente ante señales de deterioro.
Reducir la pérdida de calor por las ventanas es una medida efectiva y accesible para mantener un hogar más confortable y eficiente durante el invierno, ya sea mediante soluciones simples como burletes o films, o a través de inversiones como termopaneles, mejorar la protección térmica permite disminuir el consumo de calefacción y evitar problemas asociados al frío y la humedad.
Además de las mejoras y medidas que puedas implementar en tu hogar que permitan mejorar tu calidad de vida, también puedes evaluar la posibilidad de cotizar y contratar Seguro Hogar ante eventualidades que pueda sufrir tu vivienda.