Seguro Hogar

Accidentes domésticos: cómo prevenir los riesgos más comunes

 

El hogar suele ser percibido como un lugar de seguridad y tranquilidad. Sin embargo, esta percepción puede llevar a descuidar ciertos riesgos que, si no se abordan con medidas preventivas adecuadas, pueden traducirse en accidentes domésticos con consecuencias graves.

Desde caídas, quemaduras e intoxicaciones, hasta cortocircuitos y asfixias, los peligros están presentes en cada rincón de la casa. Estos eventos pueden afectar a todos los miembros del hogar, especialmente a niños pequeños, personas mayores o personas con movilidad reducida.

Por eso, además de identificar los factores de riesgo, es fundamental generar una cultura de autocuidado en el entorno familiar, ya que la prevención —sumada a una buena planificación— permite reducir significativamente la posibilidad de enfrentar emergencias o daños materiales. De forma complementaria, contar con un respaldo como el Seguro Hogar puede ofrecer protección ante imprevistos.

Riesgos relacionados con la infraestructura del hogar

Muchos accidentes se originan en las condiciones estructurales de la vivienda, las cuales, con el paso del tiempo o por falta de mantenimiento, pueden representar un riesgo para los ocupantes.

Las caídas y tropiezos son uno de los accidentes más frecuentes, y pueden deberse a superficies resbaladizas, escaleras mal diseñadas, alfombras mal adheridas o iluminación deficiente. Estos eventos son particularmente peligrosos para personas mayores, quienes presentan mayor riesgo de fracturas.

Otro problema común son los cortocircuitos e incendios, que pueden surgir por instalaciones eléctricas en mal estado, enchufes sobrecargados, o cables dañados. En muchas ocasiones, estos accidentes podrían haberse evitado mediante revisiones periódicas.

También existen riesgos estructurales como muebles inestables, repisas sobrecargadas o techos deteriorados. Un estante mal anclado puede volcarse fácilmente si un niño intenta trepar sobre él, mientras que una teja suelta podría provocar una filtración importante tras una lluvia intensa.

Por último, las inundaciones provocadas por fugas en cañerías, grifería en mal estado o sistemas de drenaje defectuosos pueden ocasionar deterioros severos en pisos, paredes y muebles.

Cómo prevenir accidentes estructurales

Prevenir estos accidentes exige una mantención regular del hogar y la implementación de mejoras simples pero efectivas:

  • Instalar pasamanos en escaleras y superficies elevadas.
  • Utilizar alfombras antideslizantes en baños, cocinas y accesos exteriores.
  • Verificar que todos los enchufes estén en buen estado y evitar sobrecargar regletas o adaptadores múltiples.
  • Revisar el sistema eléctrico con un técnico autorizado al menos una vez al año.
  • Anclar muebles altos a la pared para evitar caídas, sobre todo si hay niños pequeños en casa.
  • Realizar inspecciones periódicas a techumbres, bajadas de agua y tuberías, especialmente antes de épocas de lluvia.

Estas medidas permiten crear un entorno más seguro y funcional, reduciendo la probabilidad de accidentes evitables.

Riesgos asociados al comportamiento y uso de objetos

Además de los factores estructurales, el comportamiento cotidiano y las prácticas inseguras son una causa relevante de accidentes domésticos. Muchas veces, el exceso de confianza o la rutina llevan a descuidar precauciones básicas.

Las quemaduras son comunes en cocinas, baños y sistemas de calefacción. Un recipiente con agua hirviendo, una estufa sin protección o incluso una ducha con temperatura mal regulada pueden provocar lesiones graves.

Las intoxicaciones son otro de los riesgos frecuentes, especialmente en hogares con niños. El acceso a productos de limpieza, pesticidas o medicamentos mal almacenados puede generar cuadros de salud complejos. De igual forma, el consumo de alimentos en mal estado o contaminados es una causa habitual de intoxicación alimentaria.

También es necesario considerar los cortes y heridas, muchas veces ocasionados por el uso imprudente de cuchillos, herramientas de jardinería o implementos de bricolaje.

En cuanto a los riesgos de asfixia o atragantamiento, estos afectan principalmente a menores de edad. Juguetes pequeños, monedas u objetos olvidados al alcance de los niños pueden ser potencialmente mortales si no se detectan a tiempo.

Cómo prevenir accidentes por comportamiento

Para reducir estos riesgos, es importante desarrollar hábitos seguros en el uso cotidiano del hogar. Algunas recomendaciones clave son:

  • Mantener a los niños alejados de la cocina mientras se cocina o se manipulan líquidos calientes.
  • Regular la temperatura del agua en duchas o baños, especialmente en viviendas con adultos mayores.
  • Guardar productos de limpieza y medicamentos en muebles cerrados con llave, y nunca traspasarlos a envases de bebidas o alimentos.
  • Supervisar a los niños mientras comen, evitar darles alimentos duros sin cortar y no dejar a su alcance objetos pequeños.
  • Utilizar guantes térmicos y utensilios adecuados para la manipulación de ollas y hornos.
  • Asegurarse de que cuchillos y herramientas estén fuera del alcance de menores, y usarlos siempre con precaución.

Complementar estas medidas con la instrucción sobre primeros auxilios básicos y saber aplicar la maniobra de Heimlich puede marcar una diferencia crítica en una emergencia.

En todo caso, a pesar de todas las precauciones, ningún hogar está completamente exento de accidentes, por lo que contar con un respaldo de un Seguro Hogar puede ser fundamental, el que podrás cotizar y contratar directamente en hdi.cl.

 

 

 

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