¿Cómo cuidar un auto que se utiliza poco?
Los altos precios del combustible, el teletrabajo y la eficiencia del transporte público han cambiado la relación de muchos chilenos con sus vehículos. Ya no es extraño tener un auto estacionado la mayor parte de la semana y usarlo solo los fines de semana, o incluso solo una vez al mes. Sin embargo, lo que muchas personas no consideran es que dejar un auto inactivo por largos periodos puede generar daños mecánicos y estéticos que se traducen en gastos mayores a largo plazo.
Aunque no se conduzca a diario, un vehículo sigue siendo una máquina que necesita mantenerse en movimiento. Aceites, frenos, batería, neumáticos y hasta el sistema eléctrico se ven afectados por el paso del tiempo si no se usan. Por eso, es importante tomar algunas medidas para proteger tu auto, conservar su valor y evitar fallos al momento de volver a usarlo.
Además de lo mecánico, también está la dimensión administrativa. Mantener al día los permisos, patentes y considerar un Seguro Automotriz —incluso para autos de uso ocasional— puede ser clave frente a imprevistos, porque aunque se use poco, un desperfecto o incidente puede ocurrir en cualquier momento.
A continuación, te dejamos una guía práctica con acciones concretas que puedes seguir para cuidar tu auto si lo usas con poca frecuencia. Son consejos simples que, al aplicarlos de forma constante, pueden ayudarte a evitar dolores de cabeza en el futuro.
Tips que puedes seguir para cuidar un auto que usas poco
Muchas personas tienen un auto como respaldo para emergencias, viajes puntuales o escapadas de fin de semana. Si es tu caso, debes tener en cuenta que la falta de uso también requiere cuidados específicos. El primer paso es mantener el motor activo: prenderlo al menos cada una o dos semanas ayuda a que la batería se mantenga cargada y a que los fluidos circulen correctamente.
Además de encender el motor, es ideal mover el auto algunos metros o salir a dar una vuelta corta por el barrio. Esto permite activar el sistema de frenos, la dirección y los amortiguadores, evitando que se endurezcan o se deterioren. Así también se evita que los neumáticos se deformen por estar demasiado tiempo en la misma posición.
Cuando pongas en marcha el vehículo, no olvides encender las luces, el aire acondicionado y mover los vidrios eléctricos. Esto ayuda a mantener en funcionamiento el sistema eléctrico y detectar a tiempo cualquier falla. Dejar un vidrio levemente abierto también permite ventilar el interior y prevenir malos olores o humedad.
Un componente especialmente sensible al desuso es la batería. Si el auto estará inactivo durante más de un mes, puedes desconectarla o retirarla completamente para evitar que se descargue. Esta precaución también previene fallas eléctricas por sulfatación o deterioro de los bornes.
Más consejos que te ayudarán a mantener tu vehículo
Otro aspecto esencial es el cuidado de los neumáticos. Aunque no se usen, los neumáticos pierden presión con el tiempo, lo que puede provocar daños en la carcasa o deformaciones. Por eso, es recomendable revisar su presión cada semana y mantenerlos inflados al nivel indicado por el fabricante.
También conviene proteger el auto del clima. El sol puede dañar la pintura, el tablero y los plásticos interiores, mientras que la lluvia o la humedad favorecen la oxidación de partes metálicas. Si no tienes un estacionamiento techado, considera el uso de una funda o cubierta especial para proteger la carrocería.
Evita dejar objetos inflamables dentro del auto, especialmente si está expuesto al sol. Botellas plásticas, encendedores o aerosoles pueden representar un riesgo cuando se acumula calor en el interior del vehículo.
Aunque no uses el auto con frecuencia, mantenerlo limpio sigue siendo importante. El polvo, la resina de los árboles, los excrementos de aves y la humedad pueden afectar la pintura y los sellos. Un lavado al mes —junto con una aspirada del interior— ayuda a conservar el buen estado estético del vehículo y mantener su valor en caso de una futura venta.
La importancia de tener mantenciones preventivas
Además de los cuidados básicos, es fundamental programar una mantención preventiva. Los expertos recomiendan una revisión mecánica cada 10 mil kilómetros o al menos una vez al año, especialmente si el auto no se ha movido durante mucho tiempo.
Estas revisiones deben incluir el estado de la batería, frenos, bujías, luces, aire acondicionado, cinturones de seguridad, suspensión, neumáticos y niveles de aceite, agua y otros fluidos. Esto permite detectar fallas a tiempo y evitar reparaciones más costosas en el futuro.
También es recomendable revisar la fecha de vencimiento de la revisión técnica. Aunque el auto no se use, es obligatorio que cumpla con los requisitos legales para circular. Lo mismo ocurre con el permiso de circulación y otros documentos que deben estar vigentes.
Si luego de varios meses decides volver a utilizar el vehículo, haz una inspección básica antes de conducir: revisa que los frenos estén firmes, que las luces funcionen correctamente, que los espejos estén limpios y que los neumáticos no tengan signos de desgaste irregular. Tener a mano un kit con rueda de repuesto, cables de batería y herramientas básicas también es buena idea.
Considerar un seguro, incluso si se usa poco
Muchos automovilistas creen que no vale la pena asegurar un auto que apenas usan. Sin embargo, los imprevistos no avisan. Un choque leve, un robo o una falla mecánica pueden ocurrir incluso en el trayecto más corto.
En ese sentido, contar con un Seguro Automotriz te permite enfrentar esas situaciones con mayor tranquilidad. Hoy en día, es posible cotizar y contratarlos 100% online en hdi.cl, accediendo a la posibilidad de personalizar el deducible, la cobertura de Responsabilidad Civil y los días de auto de reemplazo.