5 consejos para alargar la vida útil de tu auto
Tener un auto propio representa libertad, comodidad y, en muchos casos, una inversión importante. Como tal, es natural querer que dure lo máximo posible. Pero para lograrlo no basta con repostar combustible y conducir: mantenerlo en óptimas condiciones requiere atención constante, buenos hábitos de uso y controles regulares.
El cuidado preventivo no solo alarga la vida útil del vehículo, sino que también ayuda a evitar fallas inesperadas, reduce los gastos en reparaciones y mejora la seguridad en la conducción.
A continuación, te compartimos cinco prácticas clave que pueden marcar la diferencia en el rendimiento y durabilidad de tu automóvil.
Además, contar con un Seguro Automotriz te permitirá disfrutar del camino con mayor tranquilidad al saber que estarás protegido ante algunos imprevistos.
Mantenciones preventivas: tu mejor inversión
Uno de los pilares más importantes para alargar la vida útil de tu auto es realizar mantenciones preventivas de forma periódica. Estas revisiones permiten detectar pequeños desperfectos antes de que se conviertan en problemas mayores y costosos.
Las inspecciones suelen incluir el chequeo del sistema de frenos, cambio de aceite, revisión de filtros, bujías, suspensión y otros componentes clave. Realizarlas con regularidad no solo mejora el rendimiento del vehículo, sino que también asegura una conducción más segura.
Ignorar estas mantenciones por ahorrar dinero o tiempo suele ser más caro a largo plazo. Además, muchas fallas mecánicas pueden evitarse simplemente siguiendo el calendario de mantenimiento recomendado por el fabricante.
Controla los niveles y calidad de los fluidos
El motor necesita lubricación constante para funcionar correctamente, y por este motivo, mantener el nivel y la calidad del aceite es esencial. Un aceite sucio o en niveles bajos puede aumentar la fricción entre las piezas internas del motor, generando desgaste y eventualmente una falla grave.
También es fundamental revisar y mantener en buen estado otros líquidos: refrigerante, líquido de frenos, líquido limpiaparabrisas y líquido de dirección asistida. Todos cumplen funciones específicas que afectan la seguridad, el confort y el desempeño del vehículo.
Para una revisión adecuada, utiliza la varilla medidora de aceite, revisa los niveles con el motor frío y verifica que estén dentro del rango indicado. Si notas manchas, ruidos anormales o sobrecalentamiento, acude a un taller de inmediato.
Cuida los neumáticos y la suspensión
Los neumáticos no sólo soportan el peso del auto: también determinan la adherencia al camino, la eficiencia del frenado y el consumo de combustible. Conducir con presión inadecuada o neumáticos desgastados puede afectar seriamente la seguridad y el rendimiento del vehículo.
La presión debe revisarse al menos una vez al mes y siempre con el auto en frío. Además, es importante rotar los neumáticos periódicamente para asegurar un desgaste parejo y alargar su vida útil.
Respecto a la suspensión, es común que pase desapercibida hasta que comienzan los problemas. Una suspensión en mal estado afecta la estabilidad y puede provocar daños adicionales al chasis o a los neumáticos. Un truco sencillo es presionar hacia abajo el capó o el maletero y observar el rebote: si el vehículo no vuelve a su posición con suavidad, es hora de una revisión.
Revisa la batería y el sistema eléctrico
La batería es clave para arrancar el motor y alimentar todos los sistemas eléctricos del vehículo, por lo que una falla en este componente puede dejarte varado sin aviso previo. Por eso, se recomienda revisar visualmente su estado cada cierto tiempo: los terminales deben estar limpios, sin signos de corrosión y bien conectados.
Si el auto tarda en encender, las luces pierden intensidad o el sistema de audio presenta fallas, puede ser señal de que la batería necesita reemplazo. La mayoría de las baterías tienen una vida útil de entre dos y cinco años, dependiendo del uso y del clima.
También es fundamental estar atento a las luces de advertencia del tablero. Estas señales no deben ignorarse, ya que alertan sobre problemas eléctricos, mecánicos o de funcionamiento que requieren atención inmediata.
Conduce con responsabilidad
La manera en que conduces influye directamente en el estado general del vehículo. Acelerar bruscamente, frenar de forma agresiva o conducir a velocidades elevadas de manera constante acelera el desgaste de piezas como los frenos, la caja de cambios y los neumáticos.
Una conducción eficiente y moderada reduce el consumo de combustible, protege los componentes del motor y mejora la seguridad. También se recomienda evitar cargas excesivas: llevar mucho peso aumenta el esfuerzo del motor y puede dañar la suspensión.
Detener el motor si estarás parado por más de un minuto, evitar baches, y usar marchas adecuadas para el terreno son prácticas sencillas que tienen un gran impacto a largo plazo.
Además, cuidar el exterior del vehículo también ayuda a mantener su valor. Lávalo regularmente, protege la pintura con cera y, si es posible, guárdalo bajo techo o cúbrelo para evitar la exposición al sol y la humedad.
Recuerda que la mantención constante de tu auto te ayuda a extender su vida útil y te permite ahorrar a largo plazo. Detectar fallas a tiempo, mantener los niveles adecuados de fluidos, cuidar los neumáticos y conducir con responsabilidad son prácticas simples que pueden evitar reparaciones costosas y mantener tu vehículo en perfecto estado.
Y así como te preocupas de cada detalle para que tu auto funcione bien, contar con un Seguro Automotriz permitirá que tu vehículo tenga coberturas de Daños Materiales, Robos y Responsabilidad Civil, y podrás contratarlo 24/7 en hdi.cl.